El juez que condenó a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a José Ibarra por el asesinato en Georgia de Laken Riley analizó múltiples pruebas que terminaron por convencerlo de la culpabilidad del acusado.
El juez H. Patrick Haggard de la corte superior del condado Athens-Clarke dijo que los fiscales lo habían convencido tras presentar pruebas de ADN, videos, datos digitales y más elementos que inculparon a Ibarra.
Luego de cuatro días de audiencias en la corte, la fiscal Sheila Ross dijo el miércoles que la evidencia en contra de Ibarra, un inmigrante venezolano indocumentado, era “abrumadora y poderosa” para encontrarlo culpable del homicidio de Riley.
Durante las audiencias, la defensa de Ibarra trató de sembrar dudas sobre la calidad de las pruebas, pero finalmente no lograron convencer al juez.
El cadáver de Riley, estudiante de enfermería, fue encontrado el 22 de febrero en una zona boscosa del campus de la Universidad de Augusta, en Atenas, Georgia, donde ella acostumbraba salir a correr por las mañanas. Según los fiscales, Ibarra la atacó en ese lugar e intentó abusar sexualmente de ella.
“Laken Riley misma les ha dado toda la evidencia que necesitan” para encontrar a Ibarra culpable de todos los cargos, dijo Ross al juez durante su alegato final.
Añadió que la evidencia física era suficiente y estaba corroborada por pruebas forenses, digitales y de video para “atar este nudo muy poderoso del que este acusado no puede escapar. No hay salida para él”.
A continuación te presentamos algunas de las pruebas clave presentadas en contra de Ibarra:
1. ADN de Ibarra en las uñas de la joven estudiante
Ross dijo que análisis forenses habían encontrado ADN de Ibarra debajo de las uñas de Riley. Durante las audiencias fue presentado un testimonio de Joshua Epps, sargento de la Policía de la Universidad de Georgia.
El oficial dijo que al ver a Ibarra tras su arresto el 23 de febrero notó “rasguños de uñas” en los brazos y una de las muñecas de Ibarra.
En las audiencias, Ashley Hinkle, del laboratorio criminalístico del Buró de Investigaciones de Georgia, dijo que debe existir un contacto físico entre dos personas o más para poder obtener pruebas de ADN debajo de las uñas.
2. Una chaqueta azul con el ADN de Ibarra y de Riley
Los fiscales además presentaron evidencia de que había sido detectado ADN de Riley e Ibarra en una chaqueta azul que la policía encontró en un contenedor de basura en el complejo de departamentos donde él vivía.
Uno de los múltiples testigos que hablaron durante las audiencias dijo que había visto a una persona con una chaqueta de ese color el día en que fue asesinada la estudiante.
La chaqueta además tenía mechones de cabello largo en uno de los botones.
3. Videos de cámaras de vigilancia donde Ibarra estuvo tras el homicidio
Los fiscales también presentaron videos de cámaras de seguridad que mostraban a un individuo que fue identificado como Ibarra tirando una chaqueta azul en un contenedor de basura.
Uno de los hermanos de Ibarra dijo que la persona en el video era el acusado.
El video de vigilancia muestra a un hombre con ropa que parece coincidir con la que se ve en un selfie que Ibarra se tomó en su teléfono esa misma mañana, merodeando fuera del apartamento de una estudiante de posgrado.
Esa estudiante le dijo a la policía que alguien intentó entrar por la puerta principal mientras ella estaba en la ducha y miró por su ventana.
Ibarra estaba “al acecho y cazando mujeres” y cuando no pudo entrar al apartamento, se dirigió a los senderos para correr en busca de una víctima, dijo Ross.
4. Una huella dactilar en el celular de Riley que la defensa intentó desvirtuar
Riley salió de casa a las 9:03am y se dirigió a los senderos boscosos donde solía correr. Los datos de su reloj muestran que, a las 9:10am, estaba corriendo a un ritmo rápido cuando ocurrió algo que la hizo “detenerse en seco”, y llamó al 911 a las 9:11am.
Una operadora del 911 respondió pero nadie habló cuando la operadora buscó repetidamente una respuesta, y luego la persona que había hecho la llamada colgó. La operadora devolvió la llamada de inmediato pero nadie respondió.
Los fiscales encontraron una huella dactilar en el teléfono de Riley, que después fue identificada visualmente por un especialista como una huella de Ibarra.
La abogada defensora, Kaitlyn Beck, intentó sembrar dudas sobre esa prueba al decir que cuando se introdujo la huella dactilar en una base de datos, Ibarra no apareció. Por este motivo es que la Fiscalía tuvo que recurrir a una especialista por separado.
Con información de Univisión