Pancho Grill, el restaurante del pueblo de Corozo Pando en Guárico, al que el Seniat clausuró el mismo día que le vendió desayuno a María Corina Machado y su comitiva, ya tiene fecha de reapertura: el 7 de junio.
El modesto local, ubicado en la carretera del pueblo, ha permanecido cerrado desde el 22 de mayo. En estos 16 días de clausura recibieron grandes muestras de solidaridad, llegando a elaborar, en su jardín, hasta 120 empanadas diarias (pagadas desde varias partes del país), que obsequiaban a las personas del pueblo.
También recibieron un regalo especial: un nuevo letrero, donado por una empresa caraqueña que, además, se ocupó de trasladarlo e instalarlo en Corozo Pando
¿Qué ocurrió con Pancho Grill?
El día que María Corina Machado pasó por el pueblo de Corozo Pando, en Guárico, las mujeres que manejan el restaurante Pancho Grill estaban contentas, y la razón no tenía nada que ver con la política. Como ellas mismas contaron después, la mayor parte de los días venden, a lo sumo, 3 empanadas, y esa mañana vendieron 14.
Pancho Grill es un sencillo restaurante manejado por las hermanas Hernández: Elis, Mileidis, Pastora y Corina. Como la mayoría de los comedores de los pueblos venezolanos, sirve arepas, empanadas, sopas, cochino frito, cachapas. El miércoles 22 de mayo, durante su viaje a San Fernando de Apure, la comitiva de María Corina Machado se detuvo allí a desayunar. Horas después. el Seniat, la mayor autoridad tributaria de Venezuela, les cerró el negocio.
Aunque parezca una paradoja, después de esa clausura, Pancho Grill no había vendido tantas empanadas como ahora. Por ejemplo, tan solo el viernes 24 de mayo, hicieron 45 empanadas.
El fenómeno solidario con Pancho Grill
¿Qué pasó? Que el cierre del negocio se hizo viral en redes sociales, la gente se solidarizó con las hermanas Hernández y comenzaron a comprarles empanadas desde todas partes de Venezuela, pagándolas por adelantado. Una persona preguntó cuántos niños había en el pueblo y encargó, a la distancia, empanadas para todos.
Las Hernández están elaborando sus empanadas en el jardín y en un caldero puesto sobre bloques de cemento, porque tienen el restaurante cerrado. Y los pedidos los atienden directamente por su Instagram, @restpanchogrill, que abrieron por pedido de los usuarios de redes sociales que querían ayudarlas. El sábado 25 ya tenían casi 18.000 seguidores. Y los mismos usuarios bautizaron su producto como «empanadas de la libertad».
Con información de El Estímulo