Cuando se espera un nuevo récord en la Selva del Darién, Colombia y Panamá «ni protegen ni asisten» a las personas migrantes, como tampoco investigan abusos de los que son víctimas, señala Human Rights Watch (HRW).
«Colombia y Panamá pueden y deben hacer más para proteger esos derechos, así como los de las comunidades locales que han sufrido años de abandono estatal», señaló Juanita Goebertus, directora de HRW para las Américas.
El informe ‘Abandonados en la selva: Protección y asistencia para migrantes y solicitantes de asilo en el Tapón del Darién’ es el segundo de una serie de documentos de HRW sobre la densa selva que se ha convertido en el paso para miles de migrantes que buscan un futuro mejor o huir de la violencia.
En sus visitas a la frontera entre Colombia y Panamá, HRW ha constatado que los esfuerzos para garantizar el acceso a alimentación, agua y servicios básicos de salud son insuficientes, lo que afecta los derechos tanto de los migrantes como de las comunidades locales que han sido marginadas por años y sufren con altos índices de pobreza y falta de oportunidades.
Los delitos contra migrantes en el Darién, incluyendo constantes casos de violencia sexual, «normalmente no son investigados ni castigados», recoge el informe.
Más de medio millón de personas cruzaron el Darién en 2023, incluyendo 113.000 menores de edad, y el gran número de migrantes que atravesaron esa selva entre enero y febrero de 2024 apunta a que este año sean más de 700.000.
Con información de DW