El teléfono celular que le robaron a la ingeniera Durkis Karina Hernández Briceño (37 años) fue clave para llegar hasta su homicida y esclarecer el crimen, según conoció El Pitazo.
Hernández Briceño estaba desaparecida desde el viernes 28 de junio de 2024 y fue hallada sin vida en una zona boscosa del urbanismo Mirador de Caiza, en el municipio Cristóbal Rojas de los Valles del Tuy, la tarde del 15 de noviembre.
La profesional vivía en este conjunto residencial junto a su esposo y sus tres hijos: uno de 14 años, quien presenta trastorno del espectro autista avanzado; otro de 11 y, el más pequeño, de 5 años.
El día que desapareció, Hernández había salido al centro de Charallave a comprarle una torta a su esposo, Luis Morón, quien estaba de cumpleaños. En el camino, se encontró con una vecina, quien la acompañó unos metros y luego cada una siguió su ruta.
Hernández no regresó a casa y sus familiares denunciaron su desaparición. Sus parientes la buscaron por los alrededores del urbanismo durante semanas, así como los funcionarios policiales, con el apoyo de la Brigada Canina K9-F, pero no la encontraron. Fue la tarde del 15 de noviembre cuando una comisión de la División de Víctimas Especiales del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) localizó su cadáver.
El cuerpo estaba en una zona boscosa, cubierto con palos, piedras y maleza. La policía llegó hasta este sitio una vez que capturó al homicida y este confesó dónde había dejado el cuerpo sin vida.
El Pitazo conoció que este hombre se dirigía a buscar hierro, se topó con Hernández y se abalanzó sobre ella para quitarle el teléfono. Hubo un forcejeo, pero el individuo dominó a la víctima y la mató. Se esperan los resultados de la autopsia para determinar la causa de la muerte. Presuntamente la mujer fue golpeada y asfixiada.
El homicida solo utilizaba el teléfono robado cuando tenía Wifi; no obstante, un día fue a visitar a su esposa a un hospital, porque había tenido un aborto, y le prestó el móvil a una mujer en el centro asistencial.
“Este hombre le dijo que el teléfono no tenía chip, pero ella igual lo tomó prestado y le metió su chip. Fue así como se llegó hasta esta mujer y luego hasta el victimario”, contó la fuente.
El detenido reside en la parroquia Las Brisas, del municipio Cristóbal Rojas. Anteriormente estuvo preso por alteración del orden público y comercialización de material estratégico. El hombre le confesó el crimen al Cicpc.
Con información de El Pitazo