El brutal femicidio de las hermanas Rayane Alves Porto, de 25 años, candidata a concejala de Porto Esperidião, y Rithiele Alves Porto, de 28 años, que fueron torturadas y asesinadas, mantiene bajo conmoción a Brasil. Ahora, la difusión del video de ambas jóvenes antes de su secuestro suma un nuevo capítulo en un caso que suma once detenidos acusados de integrar la banda criminal que pidió 100.000 reales de recompensa para liberarlas.
La candidata a concejal y su hermana fueron asesinadas tras ser secuestradas junto a otras dos personas que resultaron heridas al salir de una fiesta en Porto Esperidião, en el estado de Mato Grosso, el sábado 14 de septiembre. Ese mismo día, diez personas fueron detenidas, pero un menor fue liberado luego de que la Policía descartara su participación.
Dos días después de los asesinatos, la Policía Militar informó que recibieron reportes de que un sospechoso involucrado en el caso se desplazaba por la ciudad en bicicleta. Al momento del arresto, confesó haber participado en el crimen y afirmó que llevó cautivas a las víctimas hasta la casa donde fueron asesinadas.
Durante el allanamiento, los policías encontraron porciones de pasta base de cocaína y, al ser interrogado, el joven dijo que había más droga en su casa. A los otros sospechosos se les incautaron porciones de droga y 340 reales en efectivo.
Según la Policía, los adultos detenidos fueron acusados de secuestro y privación de libertad ilegal, tortura, doble homicidio, tentativa de homicidio, lesiones corporales, asociación para delinquir y corrupción de menores. Mientras que los adolescentes fueron acusados de una infracción similar a los mismos delitos.
Según el informe oficial al que accedió el medio local g1, uno de los sobrevivientes logró escapar y acudió a la Policía para pedir ayuda. Una vez a resguardo, relató que lo secuestraron con otras tres personas y los llevaron a la Rua Marechal Cândido, en el centro de la ciudad, donde los mantuvieron cautivos.
La escena del brutal crimen
En el lugar del crimen, la Policía encontró a un joven gravemente herido, con un dedo y una oreja cortada. También presentaba puñaladas en la nuca.
Aunque lo peor estaba en las otras habitaciones de la casa. En una de ellas, los efectivos encontraron dedos y cabellos de una de las hermanas Alves Porto. En la última habitación, estaban los cuerpos de Rayane y Rithiele, quienes presentaban signos de tortura con un cuchillo y tenían el pelo cortado, según la Policía.
En su declaración en la comisaría, la víctima que sobrevivió denunció que pudo escapar del cautiverio tras saltar un muro. Dijo que sufrió una sesión de tortura, tanto psicológica como física, por parte de los agresores, quienes se identificaron como miembros de una banda criminal.
Una foto, el móvil del crimen
Según el testigo, el móvil del crimen fue que las víctimas se habían sacado una foto en el río Jauru, simbolizando un número vinculado a una banda rival. Además, dijo que durante las torturas, los asesinos le exigían dinero a las víctimas para no matarlas.
La Policía informó que el caso continúa en investigación para identificar la posible participación de otras personas en el crimen.
La familia aseguró que las hermanas nunca estuvieron relacionadas con facciones criminales y que el gesto en la fotografía, vinculada al caso, fue malinterpretado, lo que llevó a un error en la motivación del crimen.
Con información de La Nación y Cactus 24