Andrea Estefany Berríos Martínez, una mujer de 28 años nacida en el estado Táchira, se encontraba en Estados Unidos hace algunos meses cuando le diagnosticaron leucemia lifoblástica. El desafortunado diagnóstico de los médicos fue que le quedaban dos semanas de vida, por lo que le recomendaron que buscara a sus seres queridos.
La dura batalla contra su enfermedad se transformó en el deseo de volver a reunirse con su familia, especialmente con su único hijo, Kirwin, de 9 años.
Una odisea y un final agridulce
Durante los últimos días de su vida, Andrea concentró sus fuerzas en volver a Venezuela, algo que parecía imposible, pues había perdido su pasaporte y el trámite del salvoconducto exigido por el gobierno de Nicolás Maduro para ingresar al país estaba llevando mucho tiempo.
Su conmovedora historia hizo que distintos influencers buscaran la manera de ayudarla a cumplir su último deseo, y después de todos los trámites de migración, logró llegar al municipio tachirense de Palmira, reseña La Nación.
Andrea arribó a Palmira, hace 10 días para reencontrarse con su pequeño hijo, quien al verla cruzar las puertas de salida, corrió a sus brazos y a entregarle un ramo de flores.
Su último deseo se hizo realidad, pudo reencontrarse con su familia en sus últimos días de vida. Murió en el Hospital del Seguro Social Patrocinio Peñuela Ruiz, de Táchira a las 2:30 am del 6 de diciembre.
Su historia
De niña, Andrea estudió la primaria en el grupo Monseñor San Miguel y el bachillerato lo cursó en el Monseñor Antonio Ignacio Camargo Alvares (MAICA), ambos en Palmira; sin embargo, la necesidad de tener una mejor calidad de vida para ella y los suyos, la llevó a migrar a Estados Unidos, donde trabajó en un centro asistencial.
Algunas pruebas hechas recientemente arrojaban mejoría en su diagnóstico. El 5 de diciembre estuvo con su familia en un centro comercial de esa ciudad y aunque estuvo tranquila, al final de la tarde manifestó que se sentía mal, por lo que la llevaron al hospital, donde falleció.
Será velada en la capilla Santa Rita de Casia, en la funeraria Santa Rosalía de Palmira.
Con información de El Pitazo
