Más de dos semanas después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue proclamado vencedor en las elecciones del pasado 28 de julio, Estados Unidos y otros países occidentales muestran pocos indicios de que planeen imponer rápidamente sanciones duras ante las irregularidades que han denunciado en el proceso comicial.
Los gobiernos occidentales intentan tomarse “con calma” sus reacciones, dijo un funcionario de una embajada, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir públicamente el asunto. Ningún gobierno quiere ser el primero en nada, añadió, de acuerdo con un reporte de Reuters.
“Esto no es una carrera para ver quién puede llegar verbalmente más lejos en sus demandas con efectividad cero, sino para ser efectivos en nuestro apoyo a la democracia en Venezuela”, dijo el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una comparecencia en el Senado hispano.
Estados Unidos apuesta por el multilateralismo para enfrentar la situación en Venezuela para buscar un diálogo que permita una salida pacífica, por lo que no parece inclinado a imponer más sanciones.
Los funcionarios demócratas de Estados Unidos hasta ahora han amenazado, pero se han abstenido de imponer nuevas medidas punitivas.
Brasil y otros países han intentado garantizar conversaciones entre ambas partes, rivales políticos que no han conciliado en décadas.
Washington está considerando una serie de opciones “para presionar a Maduro para que devuelva a Venezuela a la senda democrática”, dijo el portavoz adjunto del Departamento de Estado estadounidense, Vedant Patel citado por Reuters.
Sin embargo, las opciones que le quedan al gobierno de Biden parecen limitadas. Estados Unidos reimpuso en abril algunas sanciones petroleras a Venezuela luego de acusar a Maduro de incumplir compromisos electorales, y ha aplicado numerosas sanciones individuales en los últimos cinco años.
Funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación de que la agitación postelectoral pueda impulsar a más venezolanos a abandonar el país y dirigirse a la frontera entre Estados Unidos y México, según una fuente consultada en Washington.
Con información de Versión Final