Un marabino, que se dedica a la mecánica diésel, fue reportado como desaparecido desde hace unas dos semanas en el Tapón del Darién, en la frontera colombo-panameña. Su hermana, Stefany Amaya, señaló a Versión Final que desde el pasado 5 de noviembre no han tenido contacto con él.
Sergio Saúl Amaya Pimienta, de 23 años, salió de la urbanización Urdaneta, en Sabaneta, donde residía, el pasado primero de noviembre, en busca del «sueño americano», en Chicago, Estados Unidos, donde tiene unos primos.
Viajó ese primero de noviembre rumbo a Maicao, Colombia, luego, a Medellín, para ir hasta Necoclí, en la costa colombiana, y posteriormente a la localidad de Capurganá, en una embarcación, de acuerdo con lo relatado por su hermana.
Desde Capurganá, ya en plena frontera con Panamá, Sergio y otros cinco jóvenes, a quienes no conocía, se iban a adentrar en esa salvaje selva.
El pasado 5 de noviembre, cuando iba a iniciar la travesía por el Darién, Amaya le dijo a su familia que emprendería su ruta por el «tapón», y desde ese momento, afirma Stefany, no han tenido comunicación con él.
Son muchas las historias de muertos, desaparecidos, damas violadas, robos, entre otros eventos infaustos que sufren muchos migrantes que se aventuran por esa selva considerada peligrosa.
Stefany asevera desconocer en qué condiciones de salud está Sergio, «puede estar bastante delicado, deshidratado, puede estar, bueno no sé las condiciones como puede estar una persona allí adentro, porque sabemos que a ellos los robaron, sabemos que estaban sin comida, sabemos que la dificultad de pasar los ríos, pasar ese tipo de travesía era fuerte».
Destaca que el acompañante le sacó la documentación y la puso en la población panameña de Bajo Chiquito, en el Ministerio Público, aunque dice no tener constancia de que eso sea cierto.
Señala no tener confirmación de que Sergio haya llegado a la ONU o que la documentación esté en Bajo Chiquito.
«Yo me he tratado de comunicar con todas las entidades en Panamá, pero la mayoría no me dan respuesta, la única que me dio respuesta fue la Cruz Roja de Panamá, que fueron los que me certificaron que el documento de identidad de mi hermano estaba allá en el ministerio, pero absolutamente con más nadie he podido tener contacto», dijo.
La angustiada mujer exhorta a las autoridades panameñas para que traten de ubicar a su hermano, pues son dos semanas de angustia sin saber de su paradero.
Con información de Versión Final