El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, informó que están estudiando la posibilidad de enviar migrantes venezolanos hasta Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela, ante la imposibilidad de deportarlos directamente a su país de origen.
«El envío a Venezuela, como lo he dicho, no es factible desde Panamá por parte nuestra. Nosotros no tenemos contacto alguno con el Gobierno de Venezuela. Sin embargo, habiéndose dado una repatriación desde los Estados Unidos (…) estamos ensayando posibilidades para que ahora con ese flujo inverso podamos volarlos de Panamá a Cúcuta, que es territorio colombiano, y establecer de ahí el tránsito, como corresponda y se pueda, hacia Venezuela», señaló Mulino durante su conferencia de prensa semanal.
Esta situación se da mientras ocurre un «flujo inverso» de migrantes desde el norte hacia el sur ante el aumento de restricciones por parte de las autoridades de Estados Unidos para que estos crucen a su territorio.
Panamá ya había informado que analizaba escenarios para deportar a los venezolanos, así fuese a un tercer país, porque las relaciones con Venezuela están rotas tras las elecciones del 28 de julio y el reconocimiento a Edmundo González como presidente electo.
Los migrantes venezolanos eran los que en mayor cantidad cruzaban la selva del Darién, con la idea de cruzar Centroamérica, y llegar a México, para finalmente ir a Estados Unidos.
Tras el regreso de migrantes en sentido contrario, Panamá y Costa Rica acordaron el pasado martes 11 de febrero una serie de medidas para enfrentar ese nuevo flujo migratorio, que incluyen llevar a esos migrantes a albergues instalados en las fronteras comunes y en el Darién, limítrofe con Colombia, para posteriormente repatriarlos «por vía aérea o marítima a sus países de origen», según el ministro de Seguridad panameño, Frank Ábrego.
Con información de Tal Cual