Más de 900 fieles musulmanes han muerto durante el ‘hach’, la peregrinación anual a La Meca, que este año ha estado marcada por altas temperaturas que rozaron los 52 grados, según un recopilatorio realizado este sábado a partir de diversas fuentes. Algunas de ellas hablan incluso de 1.100 muertos, la mayoría fieles no registrados oficialmente.
Egipto es el país con más afectados. Un diplomático árabe afirmó a la agencia AFP que los 630 egipcios identificados entre los fallecidos eran peregrinos clandestinos que no pudieron acceder a las tiendas climatizadas, mientras que un alto cargo saudita indicó que «el Estado no falló», aunque admitió que «hubo un error de juicio por parte de las personas que no evaluaron los riesgos» de la situación.
Egipto ha formado una célula de crisis -encabezada por el primer ministro del país, Mostafa Madbuli- para dar seguimiento a este tema. Tanto Egipto como Jordania, que ha registrado al menos 75 muertos, han culpado a «individuos y agencias» por facilitar esos viajes de forma irregular (pues no forman parte de las cuotas de visitantes repartidas por Arabia Saudita) y han prometido castigo contra ellos.
Golpes de calor
El segundo país más afectado ha sido Indonesia, con unos 200 muertos, seguido de India, con 98; Malasia ha reportado 34 decesos, y Bangladesh 31. Marruecos ha anunciado al menos 20, mientras que el Gobierno del Kurdistán iraquí ha informado de 19 muertes durante la peregrinación. Otros países como Irán, Libia, Países Bajos, Estados Unidos y Siria también han anunciado fallecidos.
«Vi cuerpos en el suelo. También personas que se desplomaban repentinamente y morían de agotamiento», cuenta Mohamed, de 31 años, un egipcio que vive en Arabia Saudita y realizó el hach con su madre, de 56. Una egipcia, residente en Riad, afirma que vio morir a su madre antes de que llegara una ambulancia y que el cuerpo fue llevado a un lugar desconocido. «¿No tenemos derecho a verla una última vez antes de que sea enterrada?», se pregunta.
Los visados son otorgados por Arabia Saudita según un sistema de cuotas por país y, en casos como Egipto, sorteados luego entre los fieles. Quienes salen beneficiados deben recurrir a agentes de viaje acreditados, generalmente costosos: cada viaje tiene un valor de 5.000 dólares. Por eso muchos fieles intentan evitar los circuitos oficiales, sobre todo desde que el reino introdujo visas turísticas en 2019.
Con información de DW