La vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata, Kamala Harris, reconoció este sábado que ha cambiado su estrategia y ha aumentado los ataques contra su rival republicano, el expresidente Donald Trump, porque este está cada vez más «desquiciado» y necesita que alguien le responda.
En sus últimos mítines electorales, la vicepresidenta ha comenzado a mostrar videos de declaraciones de Trump sobre temas polémicos como el acceso al aborto para arremeter contra el republicano y contrarrestar sus propuestas, y en una reciente entrevista lo calificó de «fascista».
«Se está volviendo cada vez más inestable y desquiciado, y se requiere de esta respuesta. Creo que el pueblo estadounidense lo está viendo en tiempo real», explicó Harris a la prensa antes de participar en un evento de campaña en Detroit (Míchigan).
La vicepresidenta agregó que la gente «debe tomar nota» de que Trump es «un individuo que quiere ser presidente» y recalcó que los ciudadanos «merecen algo mejor que alguien que realmente parece inestable».
La candidatura de Harris en sustitución del presidente, Joe Biden, desató un gran entusiasmo en agosto pasado, pero cuando faltan poco más de dos semanas para las elecciones del 5 de noviembre su impulso parece haberse esfumado y las encuestas están muy ajustadas en los estados decisivos.
Los republicanos están logrando erosionar la imagen de Harris con una campaña muy fuerte en su contra por la política migratoria de la actual Administración y Trump subió todavía más el tono esta semana al calificar a los demócratas como «los enemigos internos» de Estados Unidos.
En un intento de revitalizar el entusiasmo por Harris, los expresidentes Barack Obama (2009-2017) y Bill Clinton (1993-2001) se han sumado a la campaña en los estados bisagra y la ex primera dama Michelle Obama aparecerá por primera vez en un mítin de Harris la próxima semana.
La vicepresidenta estuvo esta mañana en la ciudad de Detroit para dar el pistoletazo de salida a la votación anticipada que arrancó este sábado en el estado clave de Míchigan, donde existe una gran población árabe muy descontenta por la guerra de Gaza.
Con información de EFE