En la localidad de Ologá, sobre el lago de Maracaibo (estado Zulia, al occidente de Venezuela), es casi imposible observar la noche en su oscuro esplendor.
Entre abril y noviembre, relámpagos aparecen y desaparecen de manera constante en el cielo, un fenómeno que se ha vuelto costumbre para los residentes y un «milagro» para los ojos de los visitantes.
Al año ocurren en promedio 297 tormentas eléctricas, de las cuales se desprende este espectáculo de luces naturales.
Ese registro fue realizado por la agencia espacial estadounidense NASA y por las universidades de Maryland y Alabama (ambas en EE.UU.) y la de Sao Paulo (Brasil), que confirmaron que el lago de Maracaibo es la «capital» de los relámpagos en la Tierra.
«Hasta esta investigación, creíamos que ninguna zona le quitaría el trono a África Central como la número uno de los relámpagos. Pudo determinarse que era el lago de Maracaibo gracias al minucioso análisis realizado», señaló a BBC Mundo Richard Blakeslee, científico de la NASA a cargo del estudio que se publicó en el boletín de la Asociación Estadounidense de Meteorología (AMS).
Según Blakeslee, tuvieron que recolectarse 16 años de datos para llegar a estas conclusiones.
Además de brindarle a Venezuela un récord, el estudio científico podría arrojar información importante sobre el cambio climático en el planeta.
«Se ha planteado la hipótesis de que los relámpagos y tormentas eléctricas pueden ser un indicador sensible del cambio de temperatura», indicó el científico de la Nasa Richard Blakeslee.
Es por ello, agrega, que comprender la relación de los rayos y relámpagos con el clima severo y la química atmosférica es clave en la creación de políticas públicas del medio ambiente.
BBC Mundo