El cohete Starship de la compañía SpaceX, del magnate sudafricano Elon Musk, fue lanzado con éxito, este jueves, en su tercer intento por llegar a la órbita tras conseguir la licencia de vuelo de la Administración Federal de Aviación (FAA).
Así como en las anteriores pruebas de vuelo, el megacohete fue lanzado desde las instalaciones centrales ubicadas en Boca Chica, en el estado de Texas, Estados Unidos.
Starship fue propulsado por la primera etapa del vehículo espacial, el lanzador Super Heavy de 33 motores Raptor, y se espera que tras su exitoso despegue vuele en una nueva trayectoria durante más de una hora para probar nuevas técnicas.
De acuerdo con SpaceX, la segunda prueba del Starship, en noviembre, consiguió varios hitos importantes y datos que ayudaron al desarrollo del megacohete, pero aclaró que “cada una de estas pruebas de vuelo sigue siendo solo eso: una prueba”.
“No ocurren en un laboratorio o en un banco de pruebas, sino que colocan hardware de vuelo en un entorno de vuelo para maximizar el aprendizaje”, indicó.
Para esta tercera prueba, el objetivo es aprovechar lo que se ha aprendido de los vuelos anteriores mientras se intentan cumplir “una serie de objetivos ambiciosos, incluido el ascenso exitoso de ambas etapas, abrir y cerrar la puerta de carga útil de Starship y una demostración de transferencia de propulsor durante la fase costera de la etapa superior”.
La compañía de Musk confía en que, con este cohete, el más grande y potente del mundo, la humanidad llegue a Marte. Además, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) cuenta con Starship para poder llevar a sus astronautas a la Luna con su misión de Artemis III en el 2026.
La primera prueba de vuelo de este megacohete se dio en abril de 2023, sin embargo, a los pocos minutos de su lanzamiento SpaceX se vio obligada a hacer estallar a Starship debido a que las dos etapas no pudieron separarse.
El cohete se desintegró por completo convirtiéndose en una bola de fuego que se estrelló en el Golfo de México.
El segundo intento se realizó en noviembre de 2023, y aunque tuvo unos resultados ligeramente mejores en el que el propulsor se separó de la nave, ambos terminaron estallando sobre el océano.
Sin embargo, esa vez la nave espacial alcanzó una altitud de aproximadamente 150 kilómetros, superando el borde del espacio.
Con información de NTN24
