Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson ganaron el Premio Nobel de Economía, el último galardón del año que se entrega en reconocimiento a destacadas contibuciones a la humanidad, según la Fundación Nobel en Suecia.
El premio fue otorgado a los tres economistas por sus estudios empíricos y teóricos que exploran las diferencias en la prosperidad de las naciones.
La Real Academia de las Ciencias de Suecia resaltó que los galardonados plantean nuevas estrategias para entender la desigualdad.
Acemoglu, académico estadounidense de origen turco, y Johnson, de origen británico, trabajan en el MIT Cambridge USA (Instituto Tecnológico de Massachusetts), mientras que Robinson, también británico, es profesor de la Universidad de Chicago.
La academia sueca destacó que «el 20% de los países más ricos del mundo son 30 veces más ricos que el 20% más pobre. La brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres también es persistente; aunque los países pobres han ganado en riqueza, no están alcanzando a los más prósperos”.
Instituciones «inclusivas» y «extractivas»
El Comité del Nobel reconoció que el tema no es nuevo, pero que los galardonados habían encontrado nueva y convincente evidencia de una explicación de esa brecha: las diferencias en las instituciones de una sociedad.
El comité elogió el trabajo de los tres economistas por sus explicaciones de cómo “las sociedades con principios de derecho débiles e instituciones que explotan a la población no generan crecimiento ni cambios para bien”.
Según el trabajo de los galardonados, “una explicación de las diferencias en la prosperidad de los países es por las instituciones sociales que fueron establecidas durante la colonización”.
El comité indicó que cuando los europeos colonizaron grandes partes del mundo, las instituciones en esas sociedades cambiaron. Mientras que en unos lugares las instituciones establecieron los fundamentos para sistemas políticos y económicos inclusivos, en muchos otros tuvieron el objetivo de explotar a la población indígena.
El análisis entonces divide a las instituciones en “inclusivas” y “extractivas”.
El ejemplo de Nogales
El jurado resaltó el trabajo de los galardonados en torno a la ciudad de Nogales que está dividida por la frontera entre México y Estados Unidos, donde el lado estadounidense es más próspero.
El sistema económico en EE.UU. ofrece a los residentes al norte de la frontera mayores oportunidades para escoger su educación y profesión, al tiempo que forman parte del sistema político de EE.UU., lo que les otorga amplios derechos políticos.
En contraste, al sur de la frontera, los residentes viven bajo otras condiciones económicas, y el sistema político allí limita su potencial para influir en la legislación.
“De manera que la diferencia decisiva no es geografía ni cultura, sino las instituciones”, explicó la academia.
“La introducción de instituciones inclusivas crearían beneficios a largo plazo para todos, pero las instituciones extractivas son las que proveen ganancias a corto plazo para los que están en el poder”, declaró el jurado.
Al ser contactado por teléfono, Daron Acemoglu dijo estar “encantado” con el premio y señaló que el trabajo que han hecho favorece a la democracia.
“Los países que se democratizan, a partir de un régimen no democrático, al final crecen unos ocho, nueve años más rápido que los regímenes no democráticos. Ese es un crecimiento sustancial”.
Reconoció, sin embargo, que “la democracia no es una panacea” y que “implantar la democracia es muy difícil”.
Los tres economistas galardonados compartirán el premio que incluye una cifra de US$1 millón.
El Nobel de Economía fue establecido en 1968 por el Sveriges Riksbank (Banco Central de Suecia) y la Real Academia de las Ciencias de Suecia está encargada de seleccionar a la persona, grupo de personas o institución ganadoras.
Con información de BBC Mundo