La histórica caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria desató celebraciones masivas en las calles de Damasco y otras ciudades del país. Los ciudadanos ingresaron al palacio presidencial para saquear sus pertenencias e incendiar la sala de recepción.
Rebeldes del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) declararon el domingo que la capital estaba «libre del tirano», lo que generó una oleada de entusiasmo y alivio en la población.
La lujosa residencia presidencial en el exclusivo barrio de Malki fue invadida por decenas de personas.
Hombres, mujeres y niños recorrieron las habitaciones saqueadas, donde documentos y objetos personales estaban esparcidos por el suelo. En la entrada, un cuadro de Assad yacía destrozado, simbolizando el fin de su era.
“He venido para vengarme, porque nos han oprimido de una forma increíble”, dijo Abu Omar, uno de los ciudadanos que ingresó al lugar, mientras fotografiaba el interior de la residencia.
Mientras tanto, la sala de recepción del palacio presidencial, situado a pocos kilómetros, fue incendiada tras ser abandonada. El Ministerio de Defensa también fue saqueado, reflejando la rapidez con la que el control gubernamental colapsó.
Miles de sirios llenaron plazas y avenidas en Damasco, ondeando banderas verdes del levantamiento y coreando «Libertad» tras años de represión.
En la plaza de los Omeyas, los gritos de júbilo se mezclaron con disparos al aire, mientras algunos manifestantes rezaban en mezquitas en agradecimiento.
“Esperamos este día durante años. No puedo describir mis sentimientos”, expresó Omar Daher, un abogado de 29 años.
Otros, como Ghazal al Sharif, recordaron las décadas de opresión: “Maldita sea su alma y la de toda la familia Assad. Es la plegaria de todos los oprimidos respondida por Dios”.
En Homs, cientos de personas se reunieron en la emblemática rotonda del reloj, coreando eslóganes y arrancando carteles de Assad. En Beirut, refugiados sirios compartieron su alegría, expresando su deseo de regresar a sus hogares tras años de desplazamiento.
“Nos hemos librado de este ejército y de la injusticia. Ahora podemos volver a Siria con orgullo y alegría”, dijo Hilal Youssef, un refugiado originario de Hama.
El comandante de HTS, Hassan Abdul-Ghani, proclamó que la victoria marca el inicio de una nueva era para Siria, llamando a la unidad y al respeto hacia las instituciones públicas.
Con información de Versión Final
