Los 32 migrantes, entre ellos nueve menores, viajaban en un autobús por una carretera cerca de la frontera con Estados Unidos cuando fueron interceptados por hombres armados y encapuchados.
Los conductores, que fueron liberados de inmediato por los secuestradores junto a otros pasajeros mexicanos, reportaron lo ocurrido y desde el mismo sábado 30 de diciembre comenzó el operativo de búsqueda en el que participaron la policía y las fuerzas armadas.
Ante el despliegue de oficiales por tierra y aire, los secuestradores «decidieron dejarlos libres», añadió el presidente de México, Andrés López Obrador.
«Es una investigación que continúa, por lo pronto celebremos que aparecieron con vida» y «sanos y salvos», prosiguió López Obrador al ser cuestionado por la falta de detenidos.
Migrantes «visitantes por razones humanitarias”
Por la noche, el Instituto Nacional de Migración informó que a los 32 extranjeros se les entregarán documentos que los acreditan como «visitantes por razones humanitarias”. Esto les permitirá «acceder a diversos servicios públicos (…) e integrarse a la vida social, económica y productiva del país», detalló la dependencia en un comunicado.
Las autoridades habían informado inicialmente que eran 31 los pasajeros secuestrados, porque había entre ellos una bebé no registrada.
El objetivo del secuestro era la «extorsión de familiares en Estados Unidos», dijo el presidente de México en rueda de prensa matutina.
Con información de DW
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