Una ola de terror sacude al centro de Nigeria tras el secuestro masivo de más de 300 estudiantes y docentes de la escuela católica St. Mary en la comunidad de Papiri, estado de Níger.
El ataque, perpetrado por hombres armados ha sido calificado como uno de los secuestros escolares más grandes en la historia reciente del país africano.
Las autoridades y la Asociación Cristiana de Nigeria han confirmado que la cifra de víctimas asciende a 303 estudiantes, con edades comprendidas entre los diez y los 18 años, además de 12 profesores que fueron raptados durante el asalto.
El asalto armado incluyó la captura de varios jóvenes que intentaron escapar de la escuela primaria y secundaria.
Este trágico incidente subraya el profundo deterioro de la seguridad en Nigeria, donde los secuestros masivos se han convertido en una táctica endémica, utilizada tanto por grupos yihadistas en el noreste como por bandas criminales que buscan obtener rescates en el centro y noroeste.
El número de raptados en esta ocasión supera al tristemente célebre secuestro de 276 niñas en Chibok en 2014.
En respuesta al secuestro y a la inseguridad rampante, el estado de Níger ha tomado la drástica medida de cerrar temporalmente todas las escuelas públicas y privadas de la región hasta nuevo aviso, con el fin de facilitar las operaciones de búsqueda y rescate.
Mientras se despliegan fuerzas de seguridad, hasta el momento, ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad por el ataque.
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