El jefe del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, dijo que el objetivo de la rebelión era salvar a sus mercenarios y no derrocar al poder ruso.
“El objetivo de la marcha era no permitir la destrucción del grupo Wagner”, dijo Prigozhin en un mensaje de 11 minutos, asegurando que recibió mucho apoyo popular en medio de su aventura, que tuvo en vilo a toda Rusia y al mundo el sábado, cuando tomó un cuartel en Rostov.
Prigozhin afirmó también que el avance de Wagner hacia Moscú revela “serios problemas de seguridad” en Rusia. El mercenario no especificó en que lugar de Bielorrusia se refugia en su primer mensaje de audio tras el fin de su rebelión.
El líder de Wagner dijo que su grupo recibió apoyo en las ciudades que atravesó durante el motín.
La fallida rebelión de los mercenarios del grupo Wagner del fin de semana ha sacado al dictador bielorruso, Alexandr Lukashenko, de la sombra de su homólogo ruso, Vladímir Putin, por la mediación que efectuó para sofocar el mayor desafío al poder del Kremlin de los últimos años.
El mandatario bielorruso de la noche a la mañana se vio convertido en mediador entre rusos. Sin duda, Lukashenko, que en julio cumplirá 30 años en el poder, sabrá sacar provecho de su aporte a la resolución de la crisis provocada por el motín de Prigozhin y la incapacidad de Moscú de ponerle fin.
Mientras tanto, Rusia busca exhibir normalidad y Putin habló por primera vez tras la rebelión.
El presidente ruso reapareció este lunes en un video difundido en el que ofrece un discurso en un foro de jóvenes llamado “Ingenieros del futuro”, elogiando a las empresas por garantizar “el funcionamiento estable” de la industria del país “frente a varios desafíos externos”.
Con información de Infobae