Este martes se conoció que el grupo militante islamista Hezbolá designó al jeque Naim Qassem como su nuevo líder, en reemplazo de Hassan Nasrallah.
Nasrallah, quien era el secretario general del grupo desde 1992, murió el mes pasado en los bombardeos del ejército de Israel en el sur de Líbano, donde opera Hezbolá.
Su nuevo líder era el vicesecretario general de la organización en el momento de la muerte de Nasrallah y había sido una voz reconocible de la organización desde su nombramiento en ese cargo en 1991.
En las últimas semanas, Qassem se había convertido en una de los rostros más visibles de Hezbolá tras el inicio de la ofensiva israelí en Líbano, el pasado mes de septiembre.
Una de sus principales alocuciones ocurrió tras conocerse la muerte de Nasrallah, el 27 de septiembre tras un bombardeo en un suburbio en Beirut.
Allí dijo que la lucha contra Israel iba a continuar, a pesar de la muerte de Nasrallah, por “solidaridad con los palestinos”.
«Lo que estamos haciendo es lo mínimo indispensable. Sabemos que la batalla puede ser larga», señaló.
Desde septiembre, Israel ha llevado adelante una ofensiva militar en el sur del Líbano con el fin atacar blancos estratégicos de Hezbolá.
Hasta el momento, además de las bajas de la cúpula de Hezbolá, la invasión ha dejado más de mil personas muertas y decenas de zonas destruidas por los bombardeos.
La incursión israelí en Líbano ocurrió un año después del inicio de la ofensiva en Gaza, que ha dejado más de 40.000 muertos, muchos de ellos niños y mujeres, y la destrucción de una gran parte de la Franja de Gaza.
Esa ofensiva tuvo lugar después de la incursión terrestre de Hamás en Israel que dejó cerca de 1.200 personas muertas y la toma de unos 250 rehenes.
Militante de larga data
Qassem nació en 1953 en Beirut y su activismo político comenzó con el movimiento chiita libanés Amal.
En 1979, en medio de la revolución iraní -que moldeó el pensamiento de muchos jóvenes chiitas que vivían en Líbano- Qassem dejó este grupo para participar en las primeras reuniones que marcaron el origen de Hezbolá.
De hecho, fue con el respaldo de Irán que este grupo islamista comenzó a operar en el sur del territorio libanés en 1982, como respuesta a la invasión israelí de ese año.
Diez años después comenzó a tener un papel importante, especialmente en la coordinación de las campañas electorales de Hezbolá, que inició su participación en política en 1992.
En 2005 fue uno de los autores de la Historia de Hezbolá, un documento que llamó la atención de los analistas debido a que era “una mirada interna” a la organización.
Uno de los aspectos más llamativos de Qassem es que siempre viste un turbante blanco, a diferencia de Nasrallah, que usaban uno negro que denotaba su condición de descendiente del profeta Mahoma.
Lo cierto es que Qassem toma el liderazgo de una organización que en las últimas semanas se ha visto mermada ante la ofensiva israelí.
Primero fue el ataque a todos los dispositivos de comunicación como beepers y walkie-talkies. Este ataque, que duró casi una semana, dejó un saldo mortal de 39 personas muertas.
Después vinieron los bombardeos donde personas importantes de la cúpula perdieron la vida.
Los analistas coinciden que a pesar de que Hezbolá aún mantiene gran parte de su capacidad operativa y un arsenal importante, debe pensar si la mejor estrategia es una confrontación directa con Israel que podría causar una retaliación peor de lo que ya se ha visto en el sur del Líbano y en la Franja de Gaza en los últimos meses.
Con información de BBC Mundo