Ahora que Joe Biden dejó de ser candidato demócrata en la contienda presidencial, los fondos de su campaña, que constituyen nada menos de 91 millones de dólares, tal y como lo documenta el correspondiente informe, quedan a disposición del comité que lo gestiona.
Junto con los recursos combinados de organizaciones demócratas aliadas, la campaña de reelección del actual mandatario estadounidense llegó a amasar más de 240 millones de dólares. Expertos en financiación de campañas consultados por AP coinciden en que la vicepresidenta Kamala Harris podría controlar todos esos fondos, ya que la campaña se creó a su nombre, además del de Biden.
Harris ya ha manifestado su intención de ganar la nominación demócrata para postularse a la Presidencia. Si los demócratas nominan a alguien diferente, las cuentas del partido podrían seguir beneficiando al nominado, pero la cuenta conjunta de Biden y Harris tendría más restricciones. Por ejemplo, los expertos legales dicen que podría convertirse en un comité de acción política de gastos independientes, pero no transferir su saldo a un candidato diferente.
Los expertos en derecho también coinciden en que los donantes no tendrían nada fácil recibir su dinero de vuelta, en caso de solicitarlo. La campaña tendría que dar el visto bueno a cualquier transferencia de este tipo y tiene derecho a negarse, ya que una vez que un donante hace una contribución, renuncia a los derechos sobre esos fondos que pasan a estar plenamente a disposición del comité de campaña.
Según Bradley A. Smith, profesor de derecho de la Capital University (Ohio, EE.UU.), si Harris no sustituye a Biden como candidata presidencial, su antigua campaña solo podría transferir 2.000 dólares del dinero recaudado a un nuevo candidato por el Partido Demócrata.
Con información de RT