La frecuencia del consumo de proteínas en la población universitaria se torna cada vez más esporádico. Solo 24% de los profesores y 35% de los alumnos consumió carnes y granos durante el año pasado, según el último informe de la Encuesta Nacional del Observatorio de Universidades (Enobu) de 2023.
Por la poca posibilidad de compra, por los bajos salarios, la principal fuente de alimentos de los profesores (83 %) y alumnos (90 %) son los cereales –pastas, harinas, alimentos procesados– y azúcares.
La encuesta del Observatorio de Universidades se aplicó a 1131 profesores y 2620 estudiantes, de 64 centros de Educación Superior públicas y privadas, en toda Venezuela.
Carlos Meléndez, director del observatorio, resaltó que quienes más padecen la crisis son los profesores y estudiantes de universidades que dependen directamente del Gobierno.
En el interior del país es peor
La calidad de los alimentos no es lo único que ha variado, puesto a que también ha disminuido la cantidad de comidas al día: 32 % de los educadores y 21 % de los alumnos comen menos de tres veces al día.
De acuerdo con la Enobu 2023, la inseguridad alimentaria es peor en el interior del país, las más afectadas son la región Nororiental, Central y Guayana.
“La inseguridad alimentaria está instalada dentro de nuestras universidades. Como sucede en los contextos de emergencia humanitaria, nuestros profesores han tenido que aplicar estrategias de afrontamiento para hacer frente a la situación”, dijo el director de la OBU.
La venta de bienes es una alternativa a la que los trabajadores públicos de otros sectores también se han visto en la necesidad de recurrir. En una nota anterior de Crónica.Uno, un trabajador contó que tuvo que vender distintos electrodomésticos y objetos personales para poder adquirir comida y alimentos.
Para el informe de 2023, el Observatorio de Universidades midió el puntaje del consumo de alimentos, un indicador construido por el Programa Mundial de Alimentos para calcular la diversidad de la dieta en una población determinada. Este reflejó que 27% de los profesores y 18% de los alumnos viven en hogares pobres y limitados, por la frecuencia de los alimentos que consumen.
Con información de El Carabobeño y Crónica Uno