El partido socialdemócrata CHP, la formación que encabeza la oposición al Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan en Turquía, se proclamó vencedor en las elecciones municipales de este domingo, al liderar el recuento en las ciudades más importantes del país -conserva Estambul y Ankara- y también en el porcentaje total de votos.
Con el 58 por ciento de las papeletas escrutadas, el CHP mantiene una ventaja de 250.000 votos en todo el país, un llamativo vuelco respecto a las elecciones locales de 2019, cuando quedó 14 puntos por detrás de su rival, el islamista AKP, dirigido por Erdogan. Además, no solo mantiene el control sobre las dos principales ciudades y sus feudos en la costa occidental y mediterránea, sino que suma plazas donde históricamente el AKP es fuerte, como Bursa.
«Hoy, los votantes han decidido cambiar y poner fin al desequilibrio del poder. El CHP ha obtenido una victoria histórica», declaró en rueda de prensa el presidente del partido, Özgür Özel. «Se ha dado un claro mensaje al Gobierno: queremos que nos devuelvan el Estado de derecho, un país de todos los colores, donde las diferencias son riqueza», dijo Özel en un discurso transmitido en directo por la cadena NTV.
Celebrar sin molestar
El dirigente opositor, sin embargo, extendió una mano conciliadora a su adversario: «No hay perdedor con este triunfo, nadie se debería sentir derrotado con nuestra victoria. Se ha premiado la buena gestión y castigado la mala», aseguró. Asimismo, pidió a los simpatizantes de su partido «celebrar de la forma más silenciosa e íntima posible, sin molestar a los seguidores de otras formaciones» y no vengarse por derrotas pasadas.
Los datos provisionales muestran que el AKP perdió 13 de las 38 provincias que gobernaba. Parte del retroceso del AKP se debe a la subida de su hasta ahora aliado, el partido islamista fundamentalista Yeniden Refah (YRP), que avanza incluso al cuarto puesto en número de votos, aunque solo lidera en dos provincias, dominadas hasta ahora por el AKP.
Uno de los principales objetivos del AKP era recuperar Estambul, que fue gobernada como alcalde por Erdogan entre 1994 y 1998. Pese a que el mandatario, de 70 años, se involucró fuertemente en la campaña, no logró llevar a su partido al triunfo. Analistas estiman que la crisis económica que afecta a las familias, con una inflación desbocada, también benefició a la oposición.
Con información de DW