Las bandas armadas fracasaron en su intento de asaltar este lunes el Palacio Nacional de Haití, aunque al menos cinco policías resultaron heridos, uno de ellos de gravedad. Mientras tanto, los asesinatos, secuestros y saqueos siguen a la orden del día en la capital del país.
La Policía Nacional Haitiana (PNH) contuvo el lunes el ataque contra el símbolo del poder político en el país. La acción, de la que fue testigo EFE, fue perpetrada por la coalición de bandas armadas ‘Vivre Ensemble’ (Vivir Juntos), que lidera el expolicía Jimmy Cherizier, alias Barbacue.
Las unidades encargadas de la seguridad del Palacio Nacional apoyaron a la Policía para repeler el ataque. El intento de asalto al Palacio Nacional de Haití se produjo en medio de una gran tensión en la principal plaza pública de la capital haitiana, Champs de Mars, donde se encuentra el edificio, con personas corriendo en todas direcciones para escapar de los disparos.
Los atacantes también incendiaron un vehículo blindado policial que se había averiado en los alrededores del Palacio Nacional.
En este contexto las autoridades extendieron el toque de queda hasta el miércoles en el Departamento del Oeste, donde se encuentra Puerto Príncipe. Esa demarcación fue declarada en estado de emergencia el pasado 6 de marzo, ante la violencia de las bandas armadas, que controlan casi por completo el área capitalina.
Por otra parte, el Gobierno del primer ministro de Haití, Ariel Henry, que prometió renunciar tan pronto se formalice el Consejo Presidencial de Transición, se comprometió este lunes a trabajar para que se produzca un traspaso pacífico de responsabilidades hacia ese nuevo órgano.
Así lo afirmó el Consejo de Ministros en un comunicado en el que aseguró que solicitará a la Comunidad del Caribe (Caricom) el envío del acuerdo que establece la creación del Consejo.
Las habituales escenas de muerte en la toma del Palacio Nacional de Haití
En la mañana, antes del ataque, aparecieron cuatro cadáveres, al parecer acribillados a disparos, en el sector de Pétion-Ville, en las colinas de Puerto Príncipe.
Tres de los cuerpos, según pudo comprobar EFE, estaban juntos boca abajo, en medio de un reguero de sangre, mientras que el cuarto se encontraba solo en un callejón.
En una situación habitual ya en Haití, los vecinos acudían a ver la escena, incluso los niños.
Y es que, desde hace al menos dos semanas, se encuentran cadáveres casi a diario en Pétion-ville, escenario de enfrentamientos entre las bandas y la Policía.
Pese a todo, los niveles de violencia actuales están lejos de los registrados a finales de febrero y principios de marzo pasado. En esos días, los grupos armados arreciaron sus ataques contra instituciones, empresas y propiedades privadas. Todo ello en ausencia del primer ministro haitiano, que sigue fuera del país y cuya salida del poder reclaman las pandillas.
Con información de EFE