En el mes del amor y la amistad, la doctora Lily Soto, médico internista e infectólogo, hizo un llamado a la población venezolana a disfrutar de la sexualidad de forma responsable, y conocer los métodos para prevenir el contagio del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), una infección de transmisión sexual que afecta a hombres y mujeres; y que puede evitarse a través de distintos métodos PrEP. Destacó que si bien el VIH tiene más de cuarenta años, sigue habiendo un tabú en la sociedad lo que ha llevado a que el tema se estigmatice y se esconda la realidad. La profesional de la salud remarcó que existen métodos alternativos al condón para no contagiarse de VIH.
Lily Soto es reconocida por su mención honorífica al graduarse en la Universidad Central de Venezuela y por su labor en defensa de los derechos humanos. Tiene en su haber estudios en Hamburgo y es egresada de la Universidad Rey Juan Carlos III en Madrid, España; además, es especialista en VIH.
En contacto con este portal, aclaró que la infección por el VIH ataca el sistema inmunitario, y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida) es la fase más avanzada de la enfermedad. Explicó que la PrEP es un tratamiento preexposición que utiliza diversas medidas farmacológicas para evitar el contagio del VIH. Este tratamiento se suma y apoya a las ya conocidas prácticas de abstinencia y métodos de barrera como los condones femeninos y masculinos.
«Nosotros los infectólogos recomendamos utilizar todas las medidas preventivas posibles a la mano, es decir, el preservativo, el PrEP; y escoger una buena pareja sexual. Pero en el caso de que no utilicen el preservativo, la efectividad es 99 por ciento de seguridad de no transmisión. Así que, eventualmente, ellos pudieran tener relaciones sexuales sin preservativo y no contagiarse», declaró.
Entre las medidas farmacológicas mencionadas por la doctora, precisó que existe el tratamiento oral, comúnmente denominado «truvada» que es un nombre comercial. Los fármacos reales, emtricitabina con tenofovir, funcionan como un blindaje que impide que el virus entre al cuerpo si se sigue el protocolo de manera efectiva, alcanzando un 99 % de efectividad.
«Los métodos de prevención son múltiples, lo primero y a lo que siempre hay que hacer mención es a los métodos de barrera como los preservativos femeninos y masculinos. También están disponibles los tratamientos pre exposición y post exposición que son todas aquellas medidas farmacológicas que podemos utilizar para disminuir la transmisión del VIH: hay muchos tipos vía oral, tabletas, inyecciones que se pueden aplicar semestralmente o cada dos meses para evitar la transmisión. Los dispositivos sub dérmicos que son muy parecidos a los que se usan en la contraconcepción y el anillo vaginal con antirretroviral que protege a la mujer durante un mes completo, precisó.
«Si queremos eliminar la pandemia del VIH para el año 2030, la forma más segura es utilizar varios de estos métodos».
Sobre el anillo vaginal con dapivirina, que ofrece protección durante 28 días, y los dispositivos subdérmicos con rilpivirina, que tienen una duración de hasta 20 meses, enfatizó que estos métodos no están disponibles actualmente en el país, pero se utilizan en otros lugares como Suiza.
Mencionó la reciente aprobación por la FDA de lenacapavir, un medicamento innovador con una eficacia del 100 % en la prevención del VIH, aunque aún no comercializado en ningún país. Soto subrayó la importancia de una consulta inicial para establecer los riesgos reales del paciente, ya que estos pueden diferir de la percepción del mismo.
Cabe destacar que, se han reportado alrededor de 35 enfermedades de transmisión sexual (ITS), para las cuales el condón ofrece una protección de entre 0 % y 80 %. Es decir, nunca es 100 % seguro. En el caso del VIH, el condón ofrece una protección máxima de entre el 70 % y el 80 %, únicamente, en uso perfecto. Por tanto, la protección se vuelve más difícil cuando se trata de infecciones que se transmiten por el contacto de la piel de los genitales, como el virus de papiloma humano (VPH), el virus del herpes simple (VHS) y la sífilis; según datos de la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué pasa si me infecto?
Soto expuso que si bien la sexualidad es un derecho, también es un deber protegernos y cuidar de nuestros seres queridos.
«Hay que seguir insistiendo en dar a conocer sobre el VIH porque la población no termina de aceptar que existe y que hay que prevenir. Parece mentira que hayan pasado más de cuarenta años, y el VIH siga siendo un tabú, lo que ha favorecido a que se esconda en la realidad», dijo. «En mi experiencia, son los hombres quienes tienen más curiosidad acera del tema, acuden a la consulta, preguntan sobre los métodos preventivos, reconocen tener conductas de riesgo; pero lamentablemente, tengo muchas pacientes mujeres con VIH que nunca se dieron cuenta de que estaban en relaciones en las que ellas podían ser exclusivas sexualmente, pero su pareja no lo era y es allí cuando ocurre el contagio».
El VIH ataca el sistema inmunitario y debilita los sistemas de defensa contra las infecciones y contra determinados tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia. La función inmunitaria se suele medir mediante el recuento de linfocitos CD4, describe la OPS.
La inmunodeficiencia aumenta el riesgo de contraer numerosas infecciones, cánceres y enfermedades que las personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir. La fase más avanzada de la infección por el VIH es el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida o Sida que, en función de la persona, puede tardar de 2 a 15 años en manifestarse. Las personas que padecen Sida pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas de gravedad.
Sobre este particular, Soto agregó que tras el contagio puede suceder algo que se llama «síndrome retroviral agudo» que se presenta a las seis u ocho semanas tras el contagio. En ese tiempo, el paciente puede experimentar inflamación de ganglios, fiebre, malestar general, puntitos rojos en el cuerpo, dolor abdominal, náuseas y vómitos. «Piensan que es dengue y resulta que es el síndrome», comentó.
Para que haya transmisión debe existir contacto con fluidos como sangre, fluidos vaginales, semen o líquido preeyaculatorio; pero no se transmite ni por saliva, ni por orina, ni por sudor; esto hace que la convivencia cotidiana y diaria no tenga riesgos para la salud de otras personas.
Sin embargo, Soto sostuvo «generalmente las personas con VIH sin tratamiento pueden evolucionar a Sida, que es la última fase de la infección o la enfermedad como tal, en el 80 % a los diez años. Es una infección que pasa muy por debajo de la mesa porque es asintomática, no te vas a dar cuenta de que tienes VIH solo por verla, por eso es tan importante ser responsables con nuestra salud sexual y acudir al médico regularmente».
Aseveró que el tratamiento retroviral hoy asegura que las personas que viven con VIH tengan exactamente la misma esperanza de vida sin VIH, «mientras tomen tratamiento».
Con información de El Cooperante