La tensión en Oriente Medio alcanzó un punto crítico este viernes, cuando Irán lanzó una ola masiva de drones y misiles contra Israel en lo que calificó como una represalia directa.
La acción iraní se produjo después de que Israel ejecutara la «Operación León Ascendente», que incluyó ataques aéreos contra instalaciones nucleares, líderes militares y científicos de alto nivel en la República Islámica.
Funcionarios estadounidenses confirmaron que Estados Unidos está prestando asistencia militar activa a Israel en la intercepción de los proyectiles iraníes.
La colaboración incluye el despliegue de activos militares estadounidenses y el uso de aviones de combate de la Fuerza Aérea y defensas antimisiles basadas en destructores navales, buscando neutralizar la amenaza entrante. La Fuerza de Defensa de Israel (FDI) ha reportado la interceptación de la mayoría de los drones iraníes fuera del espacio aéreo israelí.
La ofensiva israelí previa, según el primer ministro Benjamin Netanyahu, tuvo como objetivo eliminar las amenazas nucleares y de misiles balísticos iraníes.
Medios de comunicación iraníes, incluida la agencia Tasnim, han reportado la muerte de al menos seis científicos nucleares, así como del general de división Hossein Salami, comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), y del jefe del estado mayor de las fuerzas armadas, Mohammad Bagheri, en los ataques israelíes.
Los objetivos impactados, según Irán, incluyeron edificios residenciales en Teherán y una instalación clave de enriquecimiento nuclear.
