Risas, entretenimiento, información y aprendizaje es lo que busca un usuario promedio de redes sociales en el siglo XXI. Pero, las plataformas 2.0 ofrecieron un panorama que llegó mucho más allá: conocer e interactuar con personalidades reconocidas, figuras que a través de una pantalla lograron conectar y hacer amistades virtuales con cada uno de sus seguidores.
Así se les conoce a los influencers. Personas más reales que aquellas pertenecientes al cine o la televisión, más accesibles que una estrella de Hollywood y más humanos que el término común de “celebridades”. En este contexto, Venezuela ha llevado a distintas partes del mundo a grandes profesionales, humoristas y comunicadores que hicieron de su celular, su oficio.
Michelle Lewin es una de las criollas con más exito en redes sociales, donde más de 16 millones de personas la acompañan en su día a día como entrenadora personal, adentrándose en el mundo del deporte, nutrición y más recientemente, en su faceta como madre.
La exatleta de 38 años promueve un estilo de vida saludable, con tips para ejercicios en mujeres y motivación diaria para destacar en el gimnasio. Oriunda de Maracay, Michelle acerca a sus seguidoras a través del objetivo de sentirse plenas en cuerpo y mente.
Las plataformas 2.0 también han permitido conocer todo tipo de historias de superación e inspiración en medio de la migración venezolana. Marco Pérez, un joven que desde la década del 2010 llevó el humor nacionalista a Instagram, mostró a lo largo de los años como el contenido en esta red social lo hizo pasar de ser un delivery en Estados Unidos a uno de los influencers más reconocidos entre la comunidad latina.
Marko, como lo conocen sus más de 9,9 millones de seguidores, recientemente rompió el récord como el primer creador de contenido de habla hispana en publicar uno de los tres vídeos más vistos en la red social “de la camarita”. Con 400 millones de reproducciones en esta publicación de comedia, el mirandino cautivó a todos los internautas.
A diferencia del comediante, el “Lifestyle” también ha conquistado a una gran cantidad de usuarios en la social media, donde venezolanas como Rosmeri Marval muestran su rutina como madres, amas de casa y aficionadas por la moda. La recordada actriz de “Somos tú y yo” se posiciona con 6,9 millones de seguidores, a quienes les cuenta todos los detalles de la crianza de sus pequeños Ian Gael y Aranza.
Turismo, cultura y familia son los pilares de su contenido, donde además se le ha dado la oportunidad de trabajar como imagen de grandes marcas comerciales del país.
Marval, al igual que la marabina Sascha Barboza son mujeres que se han adueñado de una gran comunidad de adultos contemporáneos que aspiran lograr su modelo: trabajos estables, belleza y una familia en desarrollo.
Justo ese es el enfoque de Sascha Fitness, quien a sus 39 años de edad muestra el rostro amable, sano y jovial de la adultez a través de instagram. Sus 5,6 millones de seguidores se han vuelto fanáticos de ver su tiempo de calidad con sus tres hijas, así como sus recetas saludables y contenido especializado en el mundo deportivo.
Otro venezolano que marca pauta entre los internautas es el comediante y locutor Luis Chataing, quien en su migración decidió adueñarse de su celular para llevar aún más lejos su forma de hacer comedia: la protesta, la rebelión y lo cotidiano se unen en su perspectiva humorística, haciendo reír diariamente a sus 4,5 millones de seguidores, la mayoría, provenientes de su país natal.
Su sencillez, picardía y nobleza traspasaron las pantallas, logrando que los connacionales dentro y fuera del país conecten con su contenido. Un caso similar de humorista es el zuliano Javier Hala Madrid, quien bajo su lema «doy mi opinión, no importa quién se ofenda» se encarga de sacarle una sonrisa a sus más de siete millones de seguidores en las plataformas de instagram y TikTok.
Javier, quien también empezó su trayecto en la social media como «un venezolano más en EE. UU.», persistió hasta unir una gran comunidad de adultos contemporáneos que se rebelan contra la «generación de cristal» a través de sus chistes.
Aunque las risas nunca faltan en la red social asiática, criollas como Caterina Valentino han logrado cautivar más de dos millones de personas que comparten su buen gusto por la moda, los buenos modales, el comportamiento social y la pasarela.
La presentadora de televisión promueve la etiqueta y cortesía con cada uno de sus vídeos, donde con carisma y simpatía muestra a detalle los comportamientos elegantes que debe tener toda dama en la sociedad.
Otra de las característica que enmarcan el contenido de un venezolano en el mundo digital es la bondad y acción social. De esto se ha encargado el zuliano Manuel Núñez, más conocido como Manuel Conecta, quien en conjunto con organizaciones y colectas de sus seguidores le ha cambiado la vida a familias de escasos recursos en todas partes del país.
Desde las calles, los barrios, estadios y plazas, Manuel usa su celular para mostrar la dura realidad de las personas de escasos recursos. Con la ayuda de sus cuatro millones de «followers», ha podido comprar comida, vehículos, ropa y hasta hogares para ayudar a cientos de ciudadanos necesitados.
Sin embargo, para muchos, su propósito no es solo ayudar económicamente a otros, sino también desconectar de la rutina a su público y hacerlos pasar un rato ameno lejos de sus problemas. Así es el trabajo de Marian Corrales y Hernando González, dos influencers que, con vidas muy diferentes comparten un propósito: hacer reír a través de su acento, sus creencias y su gentilicio venezolano.
Marian, con sus arraigadas raíces, ha enamorado a más de un millón de criollos con su acento y marcados gestos de una verdadera caraqueña, mientras que Nando, como se le conoce en el mundo artístico, ha llevado su «acento maracucho» a todas partes de América, donde su folclor y sus ocurrencias han contagiado de risas a todo un continente.
Con información de Versión Final
