El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, convocó este miércoles a elecciones generales anticipadas para el 4 de julio, en un momento en que su partido, el Conservador, se enfrenta a una ardua lucha por prolongar sus 14 años en el poder.
Sunak estaba obligado a convocar elecciones antes de enero de 2025, y se había resistido durante mucho tiempo a las peticiones para que concretara sus planes. Pero la caída de las tasas de inflación, anunciada este miércoles, sirvió para preparar el anuncio, que se hará en breve a las puertas de Downing Street.
La decisión marca el inicio de una campaña de seis semanas que, según casi todo el mundo, concluirá con la caída del Gobierno conservador de Sunak.
La noticia será bien recibida por el Partido Laborista de la oposición, liderado por Keir Starmer, que está subiendo en las encuestas de opinión y ha intentado presentarse como un grupo reformado y moderado listo para el poder.
Sunak confía en que una campaña astuta pueda dar lugar a un cambio espectacular, prolongando un periodo de gobierno conservador que comenzó en 2010 y que ha supervisado la economía de austeridad, el Brexit, la pandemia del covid-19 y una crisis del costo de la vida.
Es el quinto líder conservador que ocupa el cargo durante ese tiempo, luego de relevar a Liz Truss, cuyo desastroso mandato implosionó apenas seis semanas después de comenzar y agravó los problemas financieros que asolan al Reino Unido.
Es probable que el partido de Sunak sitúe sus esfuerzos por atajar la inmigración ilegal en el centro de su campaña; una reciente medida para deportar a Ruanda a algunos solicitantes de asilo se convirtió finalmente en ley el mes pasado, y los primeros vuelos podrían salir durante la campaña.
Pero los laboristas tratarán de poner de relieve las dificultades del Gobierno para aliviar la escalada de precios, el estado del sobrecargado sector de la salud británico y los escándalos de corrupción que han hundido la reputación de los conservadores entre una amplia franja de votantes británicos.
Los partidos más pequeños podrían dar un giro a los designios de los dos grupos dominantes, aunque sea prácticamente imposible que vuelvan a formar gobierno. El nuevo Partido Reformista, contrario a la inmigración, y el centrista Partido Liberal Demócrata intentarán desafiar a Sunak en algunos de los bastiones históricos de su partido, complicando sus esfuerzos por mantenerse en el poder.
Al norte de la frontera, el independentista Partido Nacional Escocés confía en mantener a raya a los laboristas y recuperar su hegemonía en la política escocesa, a pesar de un periodo difícil y de la reciente ascensión de su tercer líder en 15 meses.
Los conservadores de Boris Johnson obtuvieron una amplia mayoría en la última votación en todo el Reino Unido, en diciembre de 2019, con la promesa de impulsar la salida británica de la Unión Europea, una cuestión que había traspasado la política del país durante más de tres años.
Pero el liderazgo de Johnson se derrumbó tras una serie de escándalos, allanando el camino para que su entonces ministro de Finanzas, Sunak, emergiera como favorito para el liderazgo.
Los sondeos de opinión apuntan actualmente a resultados que van desde una cómoda victoria laborista a una devastadora derrota electoral de los conservadores.
Con información de CNN