Los puertorriqueños se preparaban para vendavales y precipitaciones extremas con la llegada del huracán Fiona, entre previsiones de que se convirtiera en huracán antes de golpear la costa sur del territorio estadounidense el domingo por la tarde.
Los meteorólogos dijeron que se esperaban lluvias “históricas” que producirían aludes de tierra y grandes inundaciones. En algunos lugares podrían caer hasta 64 centímetros (25 pulgadas) de agua.
“Esto es para tomar acción y preocuparse”, dijo Nino Correa, comisionado de gestión de emergencias en Puerto Rico.
El domingo temprano, la tormenta tenía su centro 105 kilómetros (150 millas) al sureste de Ponce, Puerto Rico. Sus vientos sostenidos máximos eran de 110 kilómetros (70 millas) por hora y avanzaba hacia el oeste-noroeste a 13 kilómetros (8 millas) por hora.
Se espera que golpee ciudades y pueblos a lo largo de la costa sur de Puerto Rico que aún no se recuperan de una serie de fuertes sismos registrados en la región desde finales de 2019. Varias escuelas siguen cerradas y quedan escombros por retirar.
Más de 100 personas acudieron a refugios en diferentes lugares de la isla para el sábado por la noche, la mayoría en la ciudad sureña de Guayanilla.
Fiona llegaría al territorio apenas dos días antes del aniversario del huracán María, una letal tormenta de categoría 4 que golpeó el 20 de septiembre de 2017, y la ansiedad era considerable en la isla. La gente colocaba tablas en sus ventanas y hacía acopio de agua y comida. La tormenta destruyó la infraestructura eléctrica de la isla y causó unas 3.000 muertes en ese entonces.
Con información de Infobae