El despliegue de la bandera de China en la cara oculta de la Luna por parte del módulo de aterrizaje Chng’e-6 marca un hito histórico en el programa espacial. El logro no solo representa la primera vez que el país asiático coloca su emblema nacional en el lado invisible de la Luna, sino que también valida importantes avances tecnológicos y acerca a la nación a su ambicioso objetivo de alunizar a una persona antes del final de la década.
La misión Chang’e-6 demostró las capacidades de China en exploración espacial compleja. El módulo no solo logró un aterrizaje suave en la cuenca Aitken, una región desafiante por su terreno accidentado, sino que también recolectó muestras de superficie y desplegado con éxito la bandera china.
Estas hazañas requieren una tecnología de navegación y control precisa, así como sistemas robustos para soportar las duras condiciones lunares.
El diseñador jefe del subsistema de carga útil de la sonda, Zhou Changyi, destacó el potencial de las futuras misiones para aprovechar los recursos de la superficie lunar, como el basalto. La extracción y el procesamiento de estos materiales podrían ser cruciales para la construcción de una base lunar permanente, un objetivo a largo plazo del programa espacial chino.
«Si construimos una base lunar en el futuro, lo más probable es que tengamos que convertir el basalto en fibras para fabricar materiales de construcción», expresó. Mencionado por el periódico Global Times.
La experiencia adquirida en el desarrollo y operación de esta sonda será invaluable para diseñar y construir las naves espaciales y los sistemas de apoyo necesarios para llevar a los astronautas chinos a la superficie lunar en los próximos años.
Con información de Versión Final
