La denuncia del supuesto «fraude (electoral) más grotesco de la historia de Ecuador», lanzada por la candidata correísta Luisa González al conocer su derrota frente al actual presidente, Daniel Noboa, se diluye entre divergencias en su propio partido para mantener esa postura y el rechazo de las misiones de observación electoral de la Unión Europea (UE) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), que avalaron este martes los resultados y constataron transparencia en el proceso.
González, la candidata de la Revolución Ciudadana (RC), el partido que tiene como líder al expresidente Rafael Correa (2007-2017), había aceptado sin ambages su derrota mucho más estrecha frente a Noboa en las elecciones extraordinarias de 2023, pero en esta ocasión no lo hizo al verse sorprendida por una contundente derrota que no se había previsto en ninguna encuesta ni sondeo a boca de urna.
La correísta se preguntó cómo era posible que su votación apenas se hubiera incrementado marginalmente respecto a la primera vuelta, mientras que la de Noboa, que en la primera rueda obtuvo solo unos 16.000 votos más que ella, se había disparado hasta sacarle más de un millón.
«¿Cómo puede ser creíble que no se creció ni siquiera un voto? ¿Cómo puede ser creíble que once encuestas se equivocaron?», se preguntó González.
Con el 99,35 % de las actas escrutadas, Noboa obtiene el 55,6 % de los votos válidos para ser reelegido presidente de Ecuador para el periodo 2025-2029, frente al 44,4 % de González, lo que implica una diferencia de casi doce puntos porcentuales.
Con información de EFE