El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) anunció este domingo una serie de tres ataques simultáneos con drones que tuvieron como objetivo bases aéreas rusas.
La operación impactó aeródromos estratégicos en las regiones de Murmansk e Irkutsk, esta última en Siberia, lo que marca una incursión sin precedentes en territorio ruso desde el comienzo de la invasión.
La ofensiva, denominada «Telaraña» y que se preparó durante más de 18 meses, destruyó o dañó más de 40 aviones rusos, incluyendo bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22, utilizados para lanzar misiles de largo alcance, según informa Infobae citando fuentes ucranianas.
La base aérea de Belaya, en Irkutsk, a más de 4.000 kilómetros de Ucrania, sufrió un incendio tras el asalto.
El presidente Volodímir Zelenski supervisó personalmente la operación, ideada por el jefe del SBU, Vasil Maliuk, y su equipo, destacando su complejidad logística.
Los drones empleados, según fuentes ucranianas, fueron lanzados desde camiones estacionados cerca de los aeródromos militares en territorio ruso, habiendo sido introducidos de contrabando y ocultados bajo techos de pequeñas estructuras de madera.
Videos difundidos en canales de Telegram rusos mostraron intentos de detener los lanzamientos de drones y grabaciones de aeronaves destruidas y en llamas en diferentes bases militares rusas, aunque el alcance total de los daños aún no se ha esclarecido.
Los gobernadores de Irkutsk, Igor Kobzev, y de Murmansk, Andrey Chibis, confirmaron ataques con drones en sus respectivas regiones.
Esta escalada significativa en las incursiones transfronterizas ocurre justo antes de las conversaciones de paz programadas en Estambul para este lunes, subrayando la creciente capacidad de Ucrania para atacar objetivos en la retaguardia rusa con su flota de drones de ataque.
En marzo, las autoridades ucranianas ya habían anunciado el desarrollo de un nuevo dron con un alcance de 3.000 kilómetros.