Privados de libertad del Centro Penitenciario Fénix, en el estado Lara, denunciaron la muerte de un recluso que se sumó a la huelga de hambre que protagonizan desde el domingo 9 de junio, junto a presos de otros penales del país.
El fallecido fue identificado como Mario Boza, de 64 años. Según privados de libertad, padecía tuberculosis y pedía atención médica desde hace varios meses, pero no tuvo acceso a esta, por lo que decidió sumarse a la protesta pacífica. Boza murió por una insuficiencia cardíaca, indica el Observatorio Venezolano de Prisiones.
Oriundo de Caracas, llevaba al menos 6 años detenido y su condena era de 10 años. Allegados destacan que a Boza le negaron la atención médica en varias oportunidades. Le daban medicamentos con poca regularidad, incluso, la familia tuvo que comprarlos en varias ocasiones, pero cuando no podía adquirirlos el preso no los tomaba.
Denunciantes aseguraron que sus familiares consiguieron varias órdenes de la juez que llevaba su causa, para su traslado a un centro asistencial, pero la directiva del penal se negó. Estimaron que allí existe una población de entre 70 y 80 hombres que sufren esta enfermedad, además de cáncer.
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) informó que 16 centros penitenciarios se sumaron a la manifestación pacífica; sin embargo, El Pitazo contabilizó al menos 34, incluyendo centros de detención preventiva, como La Yaguara y San Agustín, de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en Caracas.
Con información de El Pitazo