Después de un proceso de tres años y medio, la joven Zoraya ter Beek, de 29 años, recibió autorización para acceder a la eutanasia, luego de alegar que padece sufrimiento mental. Su caso ha causado revuelo, pues la muerte asistida para personas con enfermedades psiquiátricas sigue siendo inusual en los Países Bajos. Sin embargo, las cifras van en aumento: en 2010 hubo dos casos y en 2023 se registraron 138, lo que equivale al 1,5 % de las 9.068 muertes por eutanasia.
En declaraciones a The Guardian, ella dijo: “La gente piensa que cuando tienes una enfermedad mental no puedes pensar con claridad, lo cual es un insulto. Entiendo los temores que algunas personas discapacitadas tienen acerca de la muerte asistida y la preocupación de que las personas estén bajo presión para morir. Pero en los Países Bajos tenemos esta ley desde hace más de 20 años. Hay reglas muy estrictas y es realmente seguro”.
La legislación holandesa dice que para que una persona pueda acceder a la muerte asistida debe experimentar un “sufrimiento insoportable sin perspectivas de mejora”, teniendo la plena consciencia e información de la decisión que está tomando.
Ter Beek fue diagnosticada con depresión crónica, ansiedad, trauma y trastorno de personalidad no especificado, además de autismo. Trató diversos tratamientos, entre ellos medicación y más de 30 sesiones de terapia electroconvulsiva, pero, al ver que nada funcionaba y de incluso pensar en quitarse la vida, optó por solicitar la muerte asistida en 2020.
“Estuve mucho tiempo en lista de espera para una evaluación, porque hay muy pocos médicos dispuestos a participar en la muerte asistida de personas con sufrimiento mental. Luego, un equipo debe evaluarlo, tener una segunda opinión sobre su elegibilidad y su decisión debe ser revisada por otro médico independiente”, le contó a The Guardian.
Sin embargo, no duda de su decisión. Sabe del dolor que tienen sus familiares y amigos, pero se mantiene firme en su convicción, y eso a pesar de recibir todo tipo de comentarios en redes sociales.
Luego de que la prensa publicara su historia, cerró su perfil en línea, pues recibió todo tipo de comentarios: “No hagas eso, tu vida es preciosa”. Le sugirieron que encontrara a Dios y también le aseguraron que se iba a ir al infierno, reportó el medio británico.
A pesar de ello, espera que en las próximas semanas se someta a la muerte asistida. Dice que está preparada, que le darán sedantes y que en el momento en el que esté en coma recibirá los medicamentos que detendrán su corazón. “Estamos encontrando cierta paz”.
Con información de El Espectador