Israel ha intensificado sus ataques aéreos y con misiles contra instalaciones nucleares y edificios militares en Irán, en lo que fuentes israelíes describen como una operación para degradar la capacidad nuclear de Teherán y contener la amenaza iraní. Esta ofensiva se produce en medio de una escalada significativa de las tensiones en Oriente Medio.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado la destrucción de bases de la Fuerza Aérea iraní en el oeste del país y han anunciado futuras oleadas de bombardeos dirigidos incluso contra la capital, Teherán.
Entre los objetivos de los bombardeos israelíes se encuentran los centros de mando de la Fuerza Quds en Teherán. El ejército israelí ha confirmado la eliminación de posiciones estratégicas de la Guardia Revolucionaria en la capital iraní, y su armada ha interceptado vehículos aéreos no tripulados utilizando un nuevo sistema de defensa.
Las autoridades israelíes han advertido que los funcionarios en Teherán «pagarán el precio» por los ataques del régimen iraní contra civiles. El ministro de Defensa, Israel Katz, acusó a Jamenei de actuar con desesperación al lanzar misiles contra áreas pobladas, calificándolo de «dictador arrogante y asustado».
Reportes recientes indican que Israel habría destruido un tercio del arsenal de misiles del régimen iraní en estos ataques masivos.
Además, se ha informado de la eliminación de importantes mandos militares, incluyendo un comandante y un soldado de la Guardia Revolucionaria en la provincia de Zanjan, y al menos cuatro efectivos en Jorasán del Sur, lo que representa un golpe significativo para la red de inteligencia y proyección de poder regional de Irán.
Los ataques israelíes, que comenzaron como «Operación León Ascendente» el pasado viernes, han afectado severamente instalaciones como las de Natanz y Fordó, cruciales para el programa de enriquecimiento de uranio iraní.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha confirmado daños en la planta de Natanz, incluyendo contaminación radiológica y química.
Mientras tanto, Irán ha respondido con el lanzamiento de más de 350 misiles balísticos y drones hacia Israel desde el inicio de la ofensiva, de los cuales las defensas aéreas israelíes han interceptado la mayoría.
Sin embargo, varios proyectiles han alcanzado áreas urbanas, causando la muerte de al menos 23 personas y dejando más de 280 heridos en Israel, según fuentes de emergencia.