Irán vota el viernes en unas elecciones presidenciales sin claro favorito y con solo un candidato reformista frente al dividido campo conservador. Cerca de 61 millones de iraníes están llamados a votar en uno de los 58.640 colegios electorales repartidos por todo el país. Las elecciones tuvieron que organizarse precipitadamente tras la muerte del presidente Ebrahim Raisi en un siniestro de helicóptero el 19 de mayo.
Siguiendo la tradición, el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, el cargo más importante en la estructura política y religiosa del país, fue uno de los primeros en votar frente a las cámaras en un centro en Teherán.
Cuatro candidatos
“El día de las elecciones es un día de alegría y felicidad para nosotros, los iraníes”, dijo. “Recomendamos a nuestro querido pueblo que se tome en serio la votación y participe en ella. No veo ninguna razón para dudar”, agregó.
Cuatro candidatos, todos hombres de más de cincuenta años, están en liza, después de que otros dos aspirantes, ultraconservadores, se retiraran la víspera de la carrera electoral. Si ninguno de los candidatos logra más de la mitad de los votos, se celebrará una segunda vuelta el 5 de julio, algo que que solo ocurrió una vez, en 2005, desde que se fundó la República Islámica, hace 45 años. Los resultados oficiales se esperan el domingo, pero el sábado se harán públicas las primeras estimaciones.
Con información de DW