En un emotivo y multitudinario evento, miles de ciudadanos de Irán se unieron para rendir homenaje al difunto presidente Ebrahim Raisi, cuya muerte en un trágico accidente aéreo abrió un escenario político incierto tanto a nivel local como internacional.
El presidente Raisi, de 63 años, murió el domingo pasado junto con otras siete personas, incluido el canciller iraní, cuando el helicóptero en el que viajaba se estrelló en una zona montañosa de la provincia de Azerbaiyán Oriental, ubicada en Asia Central.
En una procesión pautada para varios días, el líder supremo Alí Jamenei buscará dar un mensaje de unidad y fortaleza en medio del temor por las críticas de sectores opositores al régimen tanto dentro como fuera de Irán. El duelo nacional, en tanto, se combina también con el factor externo, en medio de la guerra en Medio Oriente, la tensión con Israel y las nuevas sanciones que Estados Unidos impulsó en contra del país persa en los últimos días, reseña Perfil.
La preocupación oficial fue tal que se desplegaron fuerzas de seguridad en todo el país, advirtiendo contra «cualquier forma de celebración pública» por la muerte de Raisi. El líder ultraconservador había llegado al poder en 2021 en medio de un fuerte abstencionismo y su gobierno fue vigilado por varios motivos, entre ellos la política nuclear y la represión policial, incluida la que se realizó durante las protestas por la muerte de Mahsa Amini que dejó decenas de muertos en 2022.
La teocracia iraní declaró cinco días de luto y alentó a la población a asistir a las sesiones públicas de duelo. El multitudinario cortejo fúnebre fue organizado en línea con el valor simbólico que le da el régimen iraní a este tipo de congregaciones. Desde la Revolución Islámica de 1979, las manifestaciones multitudinarias desempeñaron un papel crucial en la teocracia chiita de Irán.
Un evento emblemático ocurrió cuando millones de personas se congregaron en las calles de Teherán para dar la bienvenida al gran ayatolá Ruhollah Jomeiní, líder de la revolución del 79. Asimismo, en 2020, se estima que un millón de personas participaron en el cortejo fúnebre del general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, asesinado por drones estadounidenses en la capital iraquí.
El cortejo fúnebre de Ebrahim Raisi
El funeral de Estado comenzó el martes en la ciudad de Tabriz, cercana al lugar donde ocurrió la tragedia aérea. De esta forma, el norte de Irán se convirtió en el epicentro de la despedida, con miles de ciudadanos congregándose en la Plaza de los Mártires para acompañar el cortejo fúnebre hacia la mezquita Mosalah.
Vestidos principalmente de negro y portando banderas iraníes así como retratos del presidente Raisi y las demás víctimas, la multitud expresó su profundo pesar y respeto hacia el fallecido líder ultraconservador.
«Nosotros, los miembros del gobierno, que tuvimos el honor de servir a este querido presidente, a este trabajador presidente, nos comprometemos ante nuestro querido pueblo y nuestro líder a seguir el camino de estos mártires», declaró el ministro del Interior, Ahmad Vahidi.
Tras la procesión en Tabriz, los cuerpos de Raisi y del canciller Hosein Amir Abdolahian, de 60 años, se espera que sean trasladados el miércoles a Teherán para otra ceremonia conmemorativa. Posteriormente, los restos partirán hacia Qom, ciudad de gran importancia religiosa en Irán, para otro homenaje antes de su llegada a la capital.
La ceremonia en la capital implicará una mayor congregación, considerando la expectativa de que el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, esté a cargo de las oraciones en una ceremonia que contará con la presencia de dignatarios extranjeros en el evento. Finalmente, el cuerpo de Raisi será trasladado a Mashhad, su ciudad natal en el noreste de Irán, donde será enterrado.
El funeral del presidente Raisi generó una notable atención internacional, con países como Rusia, Turquía e Irak anunciando su presencia en el evento. Sin embargo, no se espera la asistencia de jefes de Estado de estos países.
Con información de Versión Final