Un buen periódico es una nación hablándose a sí misma. El conocido aforismo de Arthur Miller resulta especialmente indicado para subrayar la labor fundamental que desempeña el periodismo. El ejercicio libre de los medios de comunicación, en el marco de un Estado de Derecho que ampara la libertad de expresión, constituye una piedra angular de la sociedad.
Los periodistas son los ojos y los oídos de la ciudadanía. Informan, interpretan, analizan, contextualizan. Sin ellos no sería posible articular nuestro sistema democrático, siendo esencial su doble función informativa y fiscalizadora de los gobernantes y de los acontecimientos que sacuden nuestro tiempo.
Periodista es gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente. Lo dijo el periodista italiano Eugenio Scalfari.
Al doble reto que plantea la transformación digital y los cambios en los hábitos de consumo se une la competencia desleal con empresas que operan en el negocio de la comunicación con el único interés de extraer un lucro económico, aunque sea a costa de erosionar el prestigio del oficio periodístico y de alimentar el fango de las noticias falsas.
Las fake news, ligadas al concepto de posverdad, no alude solo a las noticias falsas. Son medias verdades que imitan el contenido de las noticias en su forma, pero con la intención explícita de engañar. Existen diferentes tipos de desinformación: las monetaria, política y satírica. Su éxito depende de la capacidad de persuasión y del estímulo de emociones humanas. Los creadores de noticias falsas engañan sobre los cometidos y eluden la disciplina y el rigor inherentes a la prensa.
Debemos apelar al principio de responsabilidad individual y también a la mejora de los mecanismos de verificación y de fact-checking. La libertad de prensa es sagrada en democracia, pero este ejercicio entraña deberes y responsabilidades. En este sentido, la Carta de Naciones contempla dos exigencias indeclinables. Por un lado, asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás. Por otro, la protección de la seguridad nacional, el orden público, la salud o la moral públicas.
Isabel Rodríguez García / El Diario de España