Los venezolanos Ángel José Sarvarin Socorro, de 30 años, y Enmanuel José Ríos Vílchez, de 32, murieron en Estados Unidos de forma trágica, uno ahogado en un río y el otro en un accidente de tránsito. Ambos estaban compartiendo con amigos cuando ocurrieron las tragedias.
Los familiares y amigos de Savarin y de Ríos iniciaron campañas de GoFundMe para recaudar el dinero necesario y repatriar los cuerpos.
Ángel Sarvarin, quien tenía poco más de dos años de haber emigrado a EE. UU., murió ahogado el 22 de abril tras lanzarse al agua del río Colorado en el Emma Long Park de la ciudad de Austin, en Texas.
Carlos Eduardo Díaz, amigo y testigo del hecho, relató que Ángel se lanzó al agua para intentar alcanzar un kayak en el que iban algunos compañeros.
“Cuando ya yo me regreso, me di cuenta de que él ya se estaba ahogando. Comencé a darle duro (rápido) al kayak para poder llegar al lugar donde estaba él, pero no llegué a tiempo, ya que se hundió”, contó Díaz.
Díaz aseguró que el agua estaba muy oscura. “Como el día anterior había llovido, el agua estaba muy revuelta y no se veía”, explicó.
Amigos iniciaron una campaña de recaudación de fondos para repatriar el cuerpo y permitir que su familia pueda despedirlo en su país de origen. “Creo que como muestra de amistad debo dar lo que tengo para que pueda llegar con sus familiares”, comentó.
Un zuliano muerto en accidente de tránsito
Enmanuel José Ríos Vilchez, oriundo del estado Zulia, murió el 20 de abril en un accidente de tránsito ocurrido en Detroit, EE. UU. Su cuerpo apareció dentro de su carro estrellado en una carretera.
Ríos estuvo compartiendo en una discoteca con amigos la madrugada del 20 de abril. Al salir se montó en su auto y se fue. “No se supo más nada hasta que lo encontraron con el carro estrellado”, contó un familiar del joven, quien antes de migrar residía con sus padre e hijo en Isla de Toas, municipio Almirante Padilla.
Jhonmer Sangronis, amigo de Emmanuel, inició una campaña de recaudación de fondos para la repatriación de sus restos. “Su partida nos ha dejado un gran vacío, y ahora su familia enfrenta no solo el inmenso dolor de la pérdida, sino también la carga económica que implica trasladar su cuerpo a Venezuela para darle el último adiós como se merece. Los costos de repatriación son elevados y se escapan de nuestras posibilidades”, explica Sangronis en el GoFundMe.
Con información de El Pitazo
