Miles de usuarios en redes sociales reportan desde Europa un anochecer lleno auroras boreales de tonos púrpura. La aparición de ‘luces del norte’ es resultado de una tormenta geomagnética G4, un nivel de riesgo que no se presentaba desde hace dos décadas.
Las impresionantes fotos de las auroras boreales llegan desde diferentes regiones de viejo continente, como Inglaterra, República Checa, Suiza, Nueva Zelanda, Austria, Alemana y hasta España. Usualmente el fenómeno se percibe unas cuantas veces en regiones polares, pero la intensidad de las partículas de la tormenta solar generó una visibilidad general que abarcó zonas muy al sur del círculo polar.
De acuerdo con el Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) se detectaron al menos cinco eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) dirigidas a la Tierra. El impacto llegó al mediodía de este viernes 10 de mayo, mientras que los efectos se mantendrán hasta el próximo domingo 12 de mayo.
Fotos de las auroras boreales moradas del 10 de mayo
Estaba previsto que durante el año 2024 las auroras boreales incrementarían su intensidad debido a que el fin del ciclo 25 del Sol se ha adelantado. Las “luces del norte” están directamente relacionadas con el clima solar, ya que surgen de la interacción entre el viento solar que despide la estrella y las moléculas de la ionosfera, una región de la alta atmósfera de la Tierra con alta carga eléctrica eléctricas.
Los protones y electrones que llegan desde el Sol quedan atrapados por el campo magnético terrestre y son arrastrados hacia la ionosfera. Una vez allí, estas partículas espaciales energizadas colisionan con las moléculas cargadas eléctricamente. Es esta danza entre partículas finalmente da lugar a la característica luz que distingue a las auroras boreales.
Los científicos analizan el clima solar todos los días porque las tormentas solares pueden llegar a ser peligrosas para los sistemas de telecomunicaciones en la Tierra. Las partículas cargadas tienen el potencial de atravesar las estructuras de los satélites y dañar sus componentes electrónicos causando interferencias digitales o incluso apagones.
Luego del impacto de la tormenta geomagnética de nivel G4, no se tienen registros conocidos de daños a la comunicación satelital o a infraestructura eléctrica de los países. No obstante, las agencias de clima de todo el mundo todavía deberán monitorear el comportamiento del viento solar hasta el próximo 12 de mayo.
El viento solar se origina en las manchas solares. En estas regiones, donde la temperatura es menor que el resto de la capa superior del Sol, se crean arcos magnéticos (se ven como pequeños látigos) que se tuercen entre sí. Si se rompen, liberan gas y plasma al medio interplanetario, como si se rompiera una manguera.


Con información de Wired