El despliegue de activos navales de Estados Unidos en la cuenca del Caribe ha alcanzado una magnitud sin precedentes desde la Primera Guerra del Golfo (1990-1991), según análisis de expertos en defensa citados por la agencia EFE.
La movilización, oficialmente enmarcada en la lucha contra el narcotráfico, ha encendido las alarmas en la región, particularmente en Venezuela, que lo considera una amenaza directa.
Una Concentración de Poder de Combate
Expertos han destacado el poderío y la escala de la operación, que supera los despliegues rutinarios del Comando Sur de EE. UU.
- Portaaviones y Armamento Clave: La reciente incorporación del portaaviones USS Gerald Ford, el más grande de la flota, junto a una fuerza que cuenta con más de 700 misiles y unos 180 misiles de largo alcance Tomahawk para ataques terrestres, subraya la naturaleza histórica de la misión.
- Preparativos Logísticos: La instalación de grandes campamentos militares en lugares estratégicos como Puerto Rico es citada por analistas como un indicio de preparativos para un movimiento de tropas más amplio o una operación sostenida en la región.
Tensión Geopolítica en Aumento
El despliegue ha sido interpretado por el gobierno de Nicolás Maduro como un intento de presión o una potencial escalada militar, lo que ha exacerbado la tensión en el Caribe.
Mientras que Washington justifica la operación como una medida necesaria para combatir a los carteles y frenar el flujo de narcóticos, analistas citados por la agencia EFE sugieren que una concentración de tal poder de combate «no es estable, o lo usas o te repliegas a otro punto estratégico,» lo que implica que su propósito podría ir más allá de la mera interdicción marítima.
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